



Familiarización
Primer paso, indispensable y fundamental. El niño debe conocer perfectamente el medio y sentirse a gusto y seguro dentro de él. Evitaremos cualquier trauma o experiencia desagradable, respetando siempre el desarrollo individual. Nuestro objetivo principal será que el niño quiera estar dentro del agua.
Flotación y desplazamientos
Tras familiarizarnos con el agua, es el momento de descubrir lo que nuestro cuerpo puede hacer dentro del mismo. En esta etapa el niño aprenderá a adoptar diferentes posiciones (vertical, horizontal, ventral, dorsal, lateral... ) y a desplazarse en cada una de ellas.
Zambullidas e inmersiones
Sumergirse es una habilidad fundamental que ha de formar parte del aprendizaje desde un primer momento. Las entradas al agua e inmersiones desde distintas alturas, superficies y posiciones, terminarán de dar la confianza necesaria a los pequeños para continuar con el proceso de aprendizaje.
Matronatación
El momento óptimo para comenzar a interactuar con el agua es nada más nacer. Esto se debe a que durante los nueve meses de gestación nuestro hábitat es el líquido amniótico, razón por la que cuanto menos tiempo transcurra entre el nacimiento y las primeras experiencias con el agua, más fácil será adquirir y afinanzar habilidades que nuestro sistema nervioso aún conserva en su memoria.
Nosotros conocemos perfectamente la importancia de estos primeros contactos, por lo que nuestra metodología se centra en la adquisición, el desarrollo y el afianzamiento progresivos de una serie de habilidades fundamentales, que sirven como base sólida para poder llevar a cabo los siguientes pasos de aprendizaje de manera rápida y segura.
A continuación puedes conocer a grandes ragos cuáles son las habilidades básicas a adquirir el proceso a seguir para ello:
